Temporada no apta para cardiacas. El resumen del año del Gijón F. Femenino.
Siete goles le endosaba el Deportivo de la Coruña al Gijón Femenino en la primera jornada de la temporada. Con esas credenciales se presentaba un curso futbolístico que se esperaba más tranquilo que el anterior, ya sin ser unas recién ascendidas, cuando se buscaba una consolidación en la categoría.
Y es que las de Luengo no lograrían la primera victoria hasta la jornada 6, cuando vencían en la cancha del Vimenor, un equipo que deambuló por la categoría con muchos problemas, juntando a duras penas 11 jugadoras para afrontar cada jornada.
El año pasado se habían logrado mejores resultados con un juego más directo. A pesar de los intentos por elaborar más la jugada a principios de temporada, quedó constatado que los balones a la espalda de la defensa creaban más peligro a la defensa rival. Así pues, la experiencia invitaba al optimismo.
Pero no fue fácil. Al contrario, por momentos todo hacía pensar en el descenso. Muy difícil sumar puntos, partidos, a priori asequibles, que se escapaban… El equipo se metía abajo y es muy duro escapar de una dinámica mala.
Las lesiones castigaban duramente al equipo, y no permitían que la liga precisa. Haciendo cuentas no salían los números, pese a que el Vimenor y el Femiastur se encontraban muy abajo en la tabla y copaban dos de las tres posiciones de descenso.
La salvación se fraguó en el último tramo de la temporada, sobre todo convirtiendo los Campos de la Federación en un auténtico fortín. Primero, sumando un muy importante, y quizás muy poco valorado, punto frente al Sárdoma, equipo de la parte alta de la tabla.
La racha de victorias se abrió frente, una vez más, al Vimenor. Abultado resultado frente a un rival que sólo se presentaba con 10 jugadoras. Era la antesala al partido de la temporada.
Pese a que todos los partidos a domicilio, parecía claro que la salvación pasaba por casa. Y con esa mentalidad se recibía al Llanera, antecesor en la tabla clasificatoria. Una victoria aliviaba a las locales, pero una derrota sería dramática y casi condenaría a las teyeras al descenso.
La primera parte fue un entramado de nervios. Balones a la espalda de la defensa que hacían mucho daño. El Llanera se adelantaba, y dispuso de una ocasión clarísima para hacer el segundo y casi sentenciar el partido y el curso.
Sin embargo en la segunda cambió el panorama. Muchas llegadas a línea de fondo, y centros laterales que hacían mucho daño a la defensa. Las locales eran superiores y el Llanera se iba metiendo atrás.
Cuando parecía que el empate sería el resultado final, un balón al área, un barullo, y un balón que botó y botó, y tardó una eternidad en colarse en la portería. El empate era insuficiente, pero la victoria daba una bocanada de aire.
El derbi de Gijón se presentaba como la piedra de toque. Las de Mareo apuntaban alto a principio de temporada, pero en las últimas jornadas llegaban en una preocupante dinámica que las había metido en la parte media-baja de la tabla. Además, perdiendo contra equipos de la zona baja, complicando aun mas la salvación al Gijón Femenino. La victoria por la mínima ponía la salvación en bandeja.
Se cerraba con la visita del Friol a los Campos de la Federación. El equipo gallego llegaba sin nada en juego, pero era un gran equipo que sin duda pondría las cosas difíciles. El 2-0 final salvaba matemáticamente a las teyeras, que lo celebraban sobre el campo. Además, servía para una más que merecida despedida a Tifi, después de toda una carrera dedicada a su club.
Al final se lograba el objetivo, la salvación. Pese a todo, da la sensación de haber sufrido más de la cuenta. Toca preparar una nueva temporada, que esperemos, sea más tranquila. Por salud.