[Ceares 1-2 Caudal] El Ceares no pesca en el Caudal
Un Caudal que terminó el partido con nueve jugadores, salva el partido en los últimos minutos, en un partido de alta tensión.
No era un rival cualquiera el que visitaba La Cruz en esta tarde de domingo, era el Caudal de Mieres, líder de la categoría, con una trayectoria impresionante, y con una plantilla diseñada para competir a buen nivel en Segunda B. Esa superioridad respecto a los demás a veces se convierte en un arma de doble filo, ya que el ascenso pasa de ser una ilusión a una obligación, pero a los de Ania no parece pesarles la presión.
El Ceares venía de una balsámica victoria en Siero, y encaraban el partido del Caudal sabiendo que se enfrentaban a uno de los gallitos, pero con todas las ganas del mundo. Recuperaba Iñaki Eraña a Juan Carlos para llevar la manija, que sustituía en el once a Pablo Martínez, que había despachado un gran encuentro en Siero.
Arrancaba el partido sobre un césped blando por las recientes lluvias, pero con buen aspecto. Pesado, pero aguantó. Al Ceares le gusta combinar, el Caudal tiene facilidad para lo mismo. Pero hoy el Ceares cambió el discurso, buscó más en largo, jugó a un fútbol más directo, y a punto estuvo de noquear al líder.
Golpeaba primero el Ceares, en un remate de cabeza de Marcos Iglesias que le salía muy centrado. La réplica mierense la ponía Quero, se internaba en el área y disparaba al palo corto.
El partido pegó un giro nada más comenzaba la segunda mitad, cuando Martins remataba un centro y adelantaba a los caudalistas. Jarro de agua fría en la Cruz.
No tiraban la toalla los de Eraña, y en una acción muy discutida, el árbitro señalaba penalti sobre Marcos por agarrón cuando trataba de rematar un centro desde banda derecha. Las protestas acababan con Súper, jugador caudalista, expulsado.
No perdonaba Marcos, engañaba a Bussman, y transformaba con el interior lanzando a la izquierda del teutón. El partido estaba encarrilado, y más aun cuando un inocente Noel Alonso se dejaba caer en el área y veía la segunda amarilla. Dejaba a su equipo con 9 con mucho tiempo por delante, frente a un Ceares que había sido superior durante el resto del partido.
Pero inexplicablemente los Ceares se transformaron a partir de esta segunda expulsión. Crecieron los nervios, y el Caudal, a base de garra, fue el que más peligro creó. Así, a falta de 2 minutos, batían a Davo tras un rechace, dejando rotas las esperanzas teyeras por quedarse con los 3 puntos en juego.
El fútbol vuelve a demostrar que es muy difícil de predecir, y que dentro de un partido pasan muchas cosas. Hoy los 90 minutos fueron momentos de ánimo, de alternativas, de pasión, y de guerra.