Dura derrota para un Ceares que vivió una pesadilla en La Cruz frente a un Avilés que exhibió una pegada que le acredita como un grande de Tercera.

Los aficionados del Ceares celebraron este fin de semana un San Valentín diferente. Se acercaron a la Cruz a demostrar su amor al equipo a pesar del temporal de frío y lluvia que azota la Península Ibérica. 250 espectadores no son pocos en una tarde como la de hoy.

El campo se transformó en un Aquapark. Charcos, barro, granizo. El Avilés, con jugadores ya muy curtidos, supo leer mejor el partido que el joven Ceares. Y eso que los locales se pudieron adelantar antes, pero no terminaron de disparar cuando tenían todo a favor.

Sin embargo, al cuarto de hora, un error de entendimiento entre Davo y la defensa dejaban a Jorge Rodríguez con la portería vacía para subir el primer gol al marcador.
Iba el Avilés por delante en el marcador. Pero el campo estaba tan castigado que poco fútbol se veía en los Pericones. Pocas ocasiones en esta primera parte. Por parte del Ceares, una falta que lanzaba Dani Hevia buscando la escuadra, y un paradón de Davo a la réplica avilesina en un disparo desde la frontal del área. En el rechace levantaba el linier el banderín.

Y en el último instante de esta primera parte, el partido quedaba visto para sentencia. El ex del Ceares Óscar Ruiz, que dejaba el Oviedo B en Diciembre para recalar en Avilés, recogía un rechace y batía a Davo por arriba.

El propio Davo tenía que quedarse en la caseta al descanso. Una hipotermia le obligaba a dejar su puesto a Álvaro, portero del equipo juvenil, que debutaba en Tercera División. Aunque no parecía el mejor día para hacerlo.

Sin embargo, el joven cancerbero local estuvo a la altura de las circunstancias. Se mostraba tranquilo en las salidas, y solvente con los pies. Tuvieron que pasar 20 minutos para que pasara algo en ataque, cuando cometía penalti en una salida a los pies. El lanzamiento, a lo Panenka, era rechazado por el larguero.

Sin embargo, poco después, llegaba el tercero. Jorge Rodríguez, autor del primer gol y del error en el penalti, remataba de primeras un gran centro servido desde banda derecha. E instantes seguidos, el cuarto, en una rápida jugada. .

Hugo, jugador también del juvenil, daba una alegría a la afición al marcar, tras gran control y definición. Controlaba con el pecho, se internaba en el área a pesar del agarrón, y cruzaba el balón al otro palo.

Sin embargo, quedaba tiempo para más goles. En los últimos instantes del encuentro, Matías y Pantiga marcaban el quinto y el sexto para cerrar el castigo. Duro castigo. La tormenta no amaina en Ceares.